Wednesday, June 28, 2006

la voz


caminando por la desierta via, desperdigue mis pasos sobre los bloques del camino empedrado. desierta mañana, desierta calle, de corroidas puertas lamidas por el hastio de los tiempos, desgastado viento de alas cansadas, que solo volaba a la altura de los tobillos,
tan viejos recintos que el tiempo araño sus paredes, garabateando instantes con clavos romos, romos y mansos, como los años dormidos, posados en los antiguos recuerdos.
asi iba esquivando zancudos de polvo, tan ensimismado en mis desvarios que cuando me di cuenta estaba dentro de una casa en ruinas, el piso de barro domesticado por los pies del transito, paredes encaladas, sudaban arañas y polillas.
el primer impulso fue salir , no se si corriendo o en calma retirada,
no me faltaban ganas sabes?
el ambiente ofrico aplastaba mi serenidad y avivaba mi claustrofobia, como un cerdo enorme caminandome encima. a punto estuve de escapar, pero un debil murmullo llamo poderosamente mi atencion, el silencio espolvoreo el aire y el minimo susurro se hizo audible.
nada, solo el aleteo de las mariposas caseras, pero atras, un casi sordo quejido, ahora ya perceptible se escuchaba desde lo profundo de la casa.
al hacerse mas audible, el quejido se convirtio en una cristalina voz femenina, casi vidrios, casi gemas cayendo al suelo. me acerque sigiloso al lugar de donde provenian las voces. me apoye a la pared para escuchar mejor, y la voz proseguia su verbo encantador, musica hablada, pense, femenina fabla,¿ que dulce dama recitaba poesia tan sublime?
y la voz seguia su encandilador susurro, unas veces suave como copos de algodon.
otras cortantes como hirientes esquirlas, todo engarzado en fascinante armonia de odio y amor.
tan fabuloso sonido termino por ahuyentar mis temores, y decidido avanze hacia los oscuros pasajes de donde parecia provenir la voz. tras una puerta de color verde, me detuve , seguro de encontrar a la autora de mi delirio, empuje sutilmente cediendo la madera antigua,
los goznes crujieron su agonia y abriose la puerta,
el cuarto oscuro gego mi diurna vista, hasta que poco a poco, me fui habituando a las tinieblas, lentamente se fueron dibujando los contornos de la habitacion, dominada por el enorme catre que casi copaba el espacio. el canto, ya sin duda alguna, venia de quel bulto informe acostado en el catre.
me acerque al pie del lecho y un rapido estertor sacudio la cama, enseguida usque unos fosforos en mi bolsillo, un raspon, una chispa azul y la flama mordio la penumbra,
enseguida mis ojos, cerrados de tan repentino resplandor, volvieron a abrirse y a enfocar la yacente figura de las dulces palabras.
fue entonces que el espanto encarnado se incorporo...
y pude ver aterrado en medio de borlas y edredones a una enorme perra negra, vestida con un vestido largo, casi desecho, mirarme fijamente,
los ojos igneos, y hablarme con femenina voz...
¿a mi buscabas?
fue demasiado para mi y casi a gatas y tropezones sali de la casa cubierto de telarañas y malos recuerdos.
la gente me miraba sorprendida, y arriba el sol iluminaba mas que nunca.....

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