aun
evoco los sueƱos como cristalinas medusas suspendidas en liquidos tiempos,
tan distantes y venenosas,
evoco los dispersos vientos acechando los templos,
tan ocultos y verdes,
evoco la calma, su niebla cansina frotar mis nudillos, para que guarden zarpas,
tan rojas de odiarte,
evoco mis manos, como esqueleticas alas volando cielos turquesas,
tan reacias a olvidarte,
evoco mis furias, como falaces bestias lanzandose contra las redes de la impotencia,
tan fuertes mis rabias,
evoco mi fe perdida, como un dije precioso sepultado en las a renas de la incertidumbre,
tan confuso que ni recuerdo,
te evoco finalmente, quizas sin saber quien o que eres,
si tu cuerpo es mi angustia, o mi calmo equilibrio,
si tu vientre es mi lecho, o mi tumba perpetua,
solo evoco, pues de ti aun no se nada...
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